Difundimos la reflexión del Domingo XXI del Tiempo Ordinario por Luis Fernando Crespo, titulada “Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna”.
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Lecturas: Josué 24,1-2.15-18; Efesios 5,21-33; Juan 6,60-69
Con la lectura de este domingo finaliza el capítulo 6 del evangelio según san Juan, que había comenzado con el relato de la comida en la que Jesús compartió el pan con una multitud y se presentó ante ellos como “el pan que ha bajado del cielo”. Les había instado a “creer” en él y a “comer” su carne para tener “vida eterna”. Con una precisión importante y provocadora: “es mi carne por la vida del mundo”. Más adelante, en el mismo evangelio, presentándose como “el buen pastor”, hablará de “dar su vida por las ovejas” (10,15). Una interpretación demasiado literal del “comer su carne” y, posiblemente, una correcta comprensión de la radicalidad del “por la vida el mundo”, suscitó inquietud, ya no sólo entre los judíos (6,41), sino entre los mismos discípulos: “es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?”. Nos hace bien esta reacción de aquellos buenos discípulos para sacudir una posible rutina de la fe y no difuminar la radicalidad del seguimiento de Jesús y su mensaje.
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